lunes, 10 de octubre de 2011

Mientras cantan las ranas…

Me dispongo a perder mi tiempo en una posición cómoda y donde no haga mucho frío; me quedo estática mirando una pared color crema ubicada a metro y medio frente a mí. Pienso que me he sobrevalorado, que he creído tercamente en una magia confusa que un día me llevará de frente contra mí misma, y cuando vea a aquella desconocida sentiré lo que se llama Verdad: esa Yo desafortunada, frustrada, resignada; esa persona normal, que se va a morir sin haber hecho lo que soñó, sin haber logrado lo que creyó, sin haber descubierto nada más que mentiras. Y es que quizá desde antes de nacer, en el vientre escuchaba y presentía abstracciones del Mundo que configuraron un concepto  de la existencia que se fue arruinado lenta y violentamente desde el parto hasta el presente instante; pero no es más que una idea que me sirve para intentar comprender porque me duelen los pies, porque me siento afuera... incluso estoy segura que aunque estuviera en la edad de piedra o en la edad del pávido futuro, tendría los mismos senti-pensamientos pues sé que no son causados por el estado histórico, etc. sino por mí misma, por mis ojos, por mis oídos, por mi estupidez; porque yo intento creer pero ella solo puede dudar y la duda es el abismo… Y sin ninguna piedad me trajeron a este mundo lleno de gente y de ultrajas y ahora heme aquí, sentada intentando perder mi tiempo de la forma más amena posible...

1 comentario:

Juan José dijo...

El tiempo para el retorno de las emisiones se acorta en proporción directa de la intención comunicativa.
Si nuestro proyecto hiberna, quiere decir que la expansión de sus señales aún viaja hasta encontrar la barrera que nos devuelva su eco transformado.
Gracias por esa mirada inspiradora que sabes me acompaña como sombra en la conciencia.