miércoles, 17 de agosto de 2011

Piraña Mueca

El Azar configura los rieles por los que se desliza mi accidentada existencia. En general y desde hace 25 años los sucesos de mi vida me han llevado a lugares inesperados; tanto peligrosos, como tranquilos y aún incomprensibles. Un acertijo lleva a otro, siempre tan variados que cada vez es como la primera. Siempre aprendiendo, de nuevo a saber de que se trata: quedarme estática o buscar superficie. De momento la sensación de asfixia se torna agradable, me siento protegida por ella, quizá nada más pueda atravesar el lodo y aquí puedo quedarme tranquila unos minutos o unos días.
Escribo sentada en la comodidad de mi hambre y mi trasnocho, me siento plena. Apenas una guitarra aguda que me pasa por un oído y me sale por el otro no sin dejarme el placer de traspasarme; auguro, aunque no creo en mis augurios, que va a llover y eso me anima a seguir sentada. Tengo el recuerdo de una noche que fue seguramente la de ayer, en que sentí  tanta risa de mi misma, como si un extraño adentro notara lo poco preparada que estoy para la vida en este mundo -porque estoy segura de que para otro si- y aquel extraño me daba la tranquilidad de saberme una ficción: ya no me tomaba muy en serio ni mis palabras ni mi postura de espalda erecta. No tenia apetito y podía haber comido cuanto quisiera, bebido lo que se me ocurriera, no: yo solo 'agua'; parecían síntomas de inanición pero eran más bien de desaparición.
...La piraña mueca es como su nombre lo indica: una piraña que se sabe piraña pero ¿Qué misión le han dado los dioses a este hermoso pez sin dientes?  la especial criatura bendecida por distinta es reflejo para las otras, que de tanto comer se han quedado panza arriba observando la levedad de este infeliz pez, destacado de entre el cardumen por su sublime deformidad que solo le da tiempo para intentar comprenderse.

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